jueves, 26 de noviembre de 2015

El voto bilingue



El Domingo a la mañana le pregunté a mi madre si no tenía ganas de votar, y le ofrecí acompañarla.

"No. Ningún interés en votar. Hace rato que pasé los 70.  Además, me toca en La Rural, nada menos: con todo el barro y la bosta que tuve que soportar en el campo, imaginate si voy a ir a La Rural … “

A mí me fue muy bien: todo tranquilo, poca gente, y una sorpresa cuando el presidente de mesa me dice mi nombre en Francés ("con ese apellido" ...).

Una mujer en la mesa se enganchó y dijo que ella también era franco-argentina y nos pusimos a  charlar sobre la forma de votar en Francia; comentamos diferencias y destacamos que el ballotage que estábamos estrenando lo  hemos importado de los Frenchos. 

El presidente de mesa super interesado y participativo, me pidió que le enseñara algunas palabras en Francés. (La asistencia era escasa, para mí que el hombre estaba un poco aburrido).

Más tarde fui a casa de mi madre para presentar mis respetos. 

(Mi ofrecimiento de acompañarla a La Rural  tenía una buena dosis de interés en matar dos pájaros de un tiro: voto y ver a la vieja, pero - siguiendo con las comparaciones balísticas - me salió el tiro por la culata).

En cuanto llegué, le conté la anécdota del voto bilingue:

"Pero por favor, no hay comparación posible! -  el sistema de Francia es mil veces mejor: en Francia no te joden con voto obligatorio, y además las urnas de ellos son mil veces más lindas que las cosas  de cartón que usan acá".




viernes, 20 de noviembre de 2015

Las guerras





Hace un par de semanas fuimos a comer a casa de una prima de mi padre  y mi hijo notó lo que parecía ser la entrada de una gran cueva.  La dueña de casa nos explicó que ahí se habían escondido muchas personas durante la guerra. Sabía que muchos se habían alojado con ellos, pero nunca me había dado cuenta  que los padres de esta mujer,  (ella era un bebé en los 40), habían ayudado a esconderse a personas obviamente perseguidas por los alemanes, casi enfrente de su propia casa.

De chica, me contaron muchas más historias sobre la guerra que cuentos infantiles: cómo fueron desalojados de sus casas para que se instalen los oficiales alemanes, los muebles y cuadros que desaparecieron, la rápidas búsquedas de los paracaidistas que se tiraban en la zona “y con la tela de los paracaídas hacíamos camisas”; las largas escapadas de noche en bicicleta para pasar un mensaje a los de la Resistencia, las Navidades sin regalos, y casi siempre la misma conclusión  "tuvimos suerte de vivir en una zona rural – al menos, comida nunca faltó”.

Una de mis bisabuelas fue enfermera en la Primera Guerra Mundial. Tenía una condecoración. Me mostraba la medalla con una cinta y me contaba que se la dieron por saltar una trinchera manejando una ambulancia. Quizás el cuento fue simplificado en razón de la corta edad de la audiencia, pero la condecoración la tenía … algo bueno y considerado heroico debe haber hecho.

En los años 70, se pusieron de moda los zuecos. Yo me bamboleaba arriba de mis zuecos con 20 cms de plataforma. Mi padre me miraba y decía “los zuecos de madera los usábamos durante  la guerra porque no teníamos  zapatos … y esta estúpida se va a torcer un tobillo por seguir la moda, cuando tiene todos los pares de mocasines que necesita”. Yo me enfurecía, pensaba que no entendía nada … recién ahora lo comprendo yo a él!

Hace poco tiempo fuimos toda la familia a un casamiento. La novia era de familia alemana, y el sacerdote también.   Después de un breve sermón, anunció que iba a decir “unas palabras” en alemán en deferencia a los presentes.  Llegué a preguntarme si el sobre que le dieron como contribución por la ceremonia no habrá sido excesivo, porque una vez que empezó se entusiasmó y no paraba de hablar.

Alguien notó que mi padre salía de la iglesia y preocupado por un hombre muy mayor y ya debilitado, salió para ver si se sentía bien. "Sí, perfecto" dijo mi padre "pero de alemán no entiendo más nada. Lo único que recuerdo es "Kartoffel (papa) y verboten (prohibido). Durante la guerra comíamos solamente papas, y había carteles que decían verboten por todas partes". 

Una semana después de los atentados en París, casi todos me dicen que los terroristas son unos trastornados; grupos que quieren imponer una cultura que atrasa mil años.  Las autoridades dicen que esto es una guerra.  No es lo que escucho acá. No es que estos ataques les parezcan menos malos que una guerra, pero parece haber una idea de que se trata de "otra cosa".

"Solamente Dios puede perdonar a los terroristas. De enviarlos en SU presencia, me puedo ocupar yo" (Vladimir Putin - hace 3 días).

viernes, 13 de noviembre de 2015

Lo bueno, si breve ... habría que prolongarlo !!!





Esta vez no será posible. La estadía será breve y punto.  Air France se ha encargado muy bien de ello al pretender 800 Euros por cambio de fecha / cambio de tarifa para permitirme una semana más acá.

 “Merci beaucoup, Air France, pero no es para tanto: Richard Gere no me invitó a Venecia, así que mejor lo dejemos así”.

No he venido de vacaciones, no he venido con el propósito de pasarla bien. Vine a hacer trámites, papeleo y todo lo inevitable que alguien en esta familia Franco – Argentina tiene que hacer.  Ya sabemos que yo siempre saco el número ganador en esta lotería.

(Por supuesto que hice todo lo que estuvo a mi alcance para sacarme los trámites de encima con la mayor rapidez y le dedico todo el tiempo restante a disfrutar. Eso se llama cordura y salud).

Nunca sé qué esperar de la Administration Publique: por momentos me siento como empujando a un elefante con artrosis, y a veces fluye y corre ágil cual  gacela … una verdadera caja de sorpresas.

No voy a hacer mucho más en este viaje.  Hasta acá llegamos con los papeles y reuniones. Ahora queda  despedirme de unos y otros y a armar valijas nuevamente.

Me alegra mucho saber que esta vez, como nunca, los dejo en medio de la dulzura:  después de años de traer regalos más o menos inspirados, más o menos exitosos, di  en el blanco de manera espectacular con los alfajores Cachafaz y con la Chocotorta

Los más chicos se aprontan a componer una Oda a la Chocotorta que la tía / prima segunda les ha hecho conocer. Los mayores parecen olvidar que desconocen  qué conservantes puede tener el dulce de leche ni cuántas grasas trans tienen (o no) las Chocolinas: eso de por sí ya es un milagro.

En el país de la cuisine y los gourmets = golazo Argento !!!


domingo, 8 de noviembre de 2015

No me canso de sacar fotos de los colores del otoño


Notas al margen


En cuanto llegué, me fui a comprar un chip para mi celular.

En Orange son muy prolijos y formales. Toman nota de nombre, dirección, fotocopian documento y todo tipo de recaudos antes de entregar un chip.

La amable Señorita que me atendió iba ingresando mis datos personales hasta que llegamos a "Ciudad de nacimiento"? "Buenos Aires" le contesté. "Perdón Madame, pero eso es en Brasil, no es cierto? "

Un gran clásico: Buenos Aires siempre tiene que estar en Brasil. Jamás en Uruguay, Chile, o algún otro país vecino!!!

“Tu hijo es un encanto” - me dicen todos mis parientes –“qué bien educado y qué bien habla Francés!”

Madre orgullosa se lo repite al interesado, quien responde “y quién te dice … en una de esas se esperaban un indio con taparrabos”

No tan rápido antes de tirar la primera piedra: bien que a mi padre le parecía perfecto contarle a esos mismos parientes  que en el mes de Noviembre le era casi imposible llegar al campo porque la Ruta 3 se volvía intransitable  durante  las migración de las arañas pollito !!!

Motivada por las observaciones sobre la peculiar disposición de los sanitarios en esta casa, me puse a hacer algunas averiguaciones:

Más de la mitad de los hogares franceses no tienen bidet. 

La mayor parte de las páginas que encontré buscando en internet dicen más o menos lo mismo:

que la gente asocia los bidets con un artefacto obsoleto, de la época de sus abuelas.

Se suele agregar una explicación sobre los diferentes usos del bidet:
a) para higienizar las partes íntimas, b) para lavar la ropa interior, c) para lavarse los pies, d) para lavarse la cabeza, e) para bañar a un bebé.

SIN COMENTARIOS.




viernes, 6 de noviembre de 2015

la salchicha fue demasiado, vuelvo a la de siempre


A morfar se ha dicho!








Valijas desarmadas.

 Jet lag superado.

Después de ocuparnos de trámites y menesteres necesarios para instalarnos, estamos listos para empezar a disfrutar … entiéndase: pensemos, hablemos, discutamos y comentemos el MORFI !!
Cumplimos con la tradición de empezar por la crêperie cerca de casa.  Este ritual es ineludible, porque hasta que no ataco la primera crêpe complète (queso emmenthal, jamón y un huevo)  mi estómago y mi cerebro no se convencen que ya estoy en Francia.

Aunque no sea “nutricionalmente correcto”, hago acopio de comidas congeladas para cuando tengo fiaca de cocinar. Mucha variedad, y mucho más barato que las opciones que tenemos en Argentina (“un horror, comer esas porquerías” dicen mis primos).  Los entiendo y los respeto, pero  no me puedo resistir a la quiche Lorraine congelada, por una vez que puedo evitar hacerla yo misma!
No me engancho con buscar y privilegiar los alimentos orgánicos como veo que hacen ellos. Para qué, si total el 90% de mi ingesta anual no es Francesa y en Argentina no tengo casi ninguna de  esas opciones!

“TENES que comprar pollos de granja solamente”, me dice una prima muy querida. Creo que le hago caso porque me daría pena  defraudarla. Ya que estamos, compro siempre los “huevos de gallinas criadas al aire libre”: me causa gracia.

“Sabés si el salmón chileno es pescado en el Pacífico o es de criaderos?” me preguntan. No tengo idea. Averiguo (para qué existe Google?) - y de paso me entero yo – que el  salmón chileno es de “granjas ictícolas”, lo cual no es bueno.

Me paseo mirando las partes de verdulerías en los super: naranjas de Marruecos, paltas de Perú, bananas de Camerún y limones Argentinos, carne picada de animales franceses, acá todo viene con origen declarado. Seguro que los limones Argentinos hicieron más trámites para entrar a Francia que los que hicimos nosotros para entrar por Charles de Gaulle.

Qué pasaría si le pregunto  a la boliviana que vende en la vereda frente a mi casa de dónde vienen sus verduras?  Qué me contestaría? …  “del Mercado Central” supongo, no?.

Hace un par de años que vengo escuchando que no hay que comer nada que contenga aceite de palmera. Realmente no sé si se trata de la misma planta, pero por las dudas, jamás declaro que me encantan los palmitos.

El Menor y yo en un supermercado parecemos un chico al que le dieron rienda libre en una juguetería. Al changuito van los ineludibles de siempre: jamones varios, una módica selección de quesos, algún paté, crema de castañas, todo tipo de condimentos (varios de ellos volverán en nuestras valijas) y ternera en serio: la que tiene aún carne blanca, la que no hay en Argentina.

Yo no soy demasiado fanática del pan, él está deslumbrado con las variedades de baguettes.


Cuán lejos estamos del chico que años atrás me preguntaba si había Mc Donald’s en Francia, “para estar seguro que en Francia iba a poder comer bien” …


domingo, 1 de noviembre de 2015

Paisaje


Chau y Bonjour!









Chau a los asados, las empanadas y el Malbec.

Bonjour a los quesos, las crêpes y los patés.

Esta vez vine con uno de mis hijos (El Menor).

Mis primeras impresiones al llegar a Francia son siempre más o menos las mismas. Me impactan el orden, la limpieza y la estética.

Vamos en tren cruzando campos y bosques. Los colores del otoño son una belleza.  Vemos pasar iglesias y casitas preciosas,  cada paisaje digno de una foto … y el torrente de comentarios fluye sin parar, mientras que mi hijo, con comprensión, paciencia – y también muerto de sueño – asiente sin aportar demasiado.

Llegamos a destino  y sigo en modo admirativo / didáctico: “fíjate lo que es la estética, lo cuidado de todos los parques y jardines”.

Entramos al departamento, y le hago una breve reseña de los diferentes estilos de los muebles antiguos. Recalco el placer que me causa estar rodeada nuevamente de tantas cosas bellas, y lo placentero del shock estético cada vez que vuelvo después de un tiempo.

 Ubicamos las valijas en nuestros respectivos cuartos, y le muestro de paso el resto de las instalaciones: “… baño completo por acá. Fijate que consta de lavatorio, bañadera y bidet. Inodoro aparte, en segunda puerta  al final del pasillo”.

Mi hijo me mira, parece meditar medio minuto y me dice “vieja, una pregunta. Tengo una duda estética: todo bien si cuando voy al baño me dejo los pantalones bajos para ir hasta el baño grande con el bidet”?