jueves, 28 de julio de 2016

Si querés dos pasaportes ... bancate la pelusa!




Ayer tenía mucho frío. Cuando vi que hasta los árboles se habían abrigado, me dio más frío todavía.

Me puse mis botas más potentes, y el super-mega camperón, el más largo, grueso y amplio de  todos mis tapados. Me da un look tipo el muñeco de Michelin, pero no me importa ni medio. Es lomás.

Pasé frente al lubricentro. Pensé en pedir que me pongan anticongelante … pero seguí hasta la parada y me tomé el colectivo para el centro.

Iba al consulado de Francia. Tenía que ir a buscar un documento  de una de las recién llegadas de la familia. Mis sobrinos me suelen pedir ayuda con estos menesteres. Ellos no aprendieron francés en su casa. Son los hijos del Lord.  Al Lord no lo llamamos  así por ser Inglés sino por haber vivido como un Lord toda su vida.

Mi sobrino le quiso poner a su beba el nombre de mi madre. El nombre es precioso y pega muy bien con el apellido. Me preocupa esa duda que me carcome sobre si el mundo puede estar preparado para dos ejemplares con ese mismo nombre y apellido -  pero no se puede ser mala onda con la familia.

Por suerte había un lindo sol, y fui llegando a la calle Basavilbaso rebosante de buen humor, pensando que en el fondo, más que sentirme muñeco de Michelin, era mejor hacer de cuenta que salía de una escena de Doctor Zhivago.

Me encontré con policías y controles en la entrada del consulado. Sorpresa por un segundo, hasta que caí en la cuenta del motivo: y si, por qué el consulado de los yanquis iba a ser el único en cuidarse? 

Varias y bien horrendas razones tienen los franceses para cuidarse ahora.

Para empezar, al mejor estilo aeropuerto, me pasaron el aparato ese que es detector de metales. Yo estaba medio avergonzada por el volumen de mi tapado. Con una mano en el corazón, tengo que reconocer que tranquilamente daba para llevar una ametralladora y que no se note.

El segundo paso era revisar la cartera.

Casi me muero!  Había salido a los piques y mi cartera era un soberano despelote. 

- Por supuesto, señor agente, pero por favor, no le cuente a nadie lo que hay acá, mi cartera es un desastre”

El policía me preguntó por “el C4”

- No, Señor, yo no tengo un Citroen. Ni vine acá con auto.

- El C4 en la cartera, me corrigió

- Ahhh, el celular? Nooo. Es más viejito, es un S3 nomás….

- El C4 es un explosivo. Con todo el revoltijo que tiene,  hasta C4 podría tener ahí adentro. Me llegó la merecida reprimenda.

Así inspeccionada y aprobada pasé a la recepción.

Adentro, había una mujer bastante joven sentada y esperando. Linda. Ropa con pinta de carísima. Maquillaje perfecto y peinado impecable. Todo lo que a mí me falta.

Me preguntó si hablo francés y me pidió que la ayude. Me dijo que sabía que tuvo una abuela francesa y que quería obtener la nacionalidad porque siempre le encantó Francia, la cultura francesa y que quería mandar a sus hijos al colegio francés. 

Seguían sin atendernos a ninguna de las dos, así que le fui contando todo lo que sé del Liceo Franco-Argentino, cómo yo también he querido mantener los vínculos con Francia,  y lo bien que les les ha ido a mis hijos así, educados como bi-nacionales y bi-culturales. Hablábamos de las ventajas de tener doble nacionalidad cuando la llamaron.

Yo hice lo mío, y justo cuando me iba, salió también mi compañera ocasional. Me preguntó por lo de la seguridad. Le dije que era algo nuevo, seguramente puesto después de los atentados. Mientras que íbamos caminando juntas hacia el Bajo, hablábamos del terrorismo, de lo mal que está el mundo entero. 

De pronto, recordé una noticia que leí hace poco, y le comenté sobre una de las últimas declaraciones de  Donald Trump, anunciando que si era Presidente pensaba restringir el acceso de franceses y alemanes a Estados Unidos.

"Nooo. Me estás jodiendo? Por favor, que no lo haga, por lo menos no hasta dentro de un año. Mi marido me mata!!! Imaginate, yo haciendo todos estos trámites de porquería para tener pasaportes Europeos nada más que para llevar a los chicos a Disney ... si no puedo usarlos, con lo caros que me van a salir ... mi marido me mata!!!!"




jueves, 14 de julio de 2016

Si es 14 de Julio, hablemos de Air France!


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(Volé de Washington a París en clase económica y después volví de París a Miami en Premium Economy)

Air France ha estado re lookeando sus Boeing 777 desde el año pasado. En las business de sus  “nuevas cabinas” AL FIN  pusieron los asientos que se hacen cama de verdad.  Por desgracia, aún no tuve la suerte de probarlas.

Los que viajamos más barato veremos unos cambios de tapizados y no mucho más. Un poco de makeup viene bien, pero no hace demasiada diferencia en la experiencia del viaje. 5 cms más de espacio para las piernas, 7 míseros grados más de inclinación … esas son las cosas que te mejoran la vida de verdad , pero por ahora … ni lo sueñes, seguí participando!

La gran novedad es el nuevo video de instrucciones de seguridad. Al fin algo distinto y ocurrente !!! Y parece que no soy la única que piensa lo mismo, porque noté que unos cuantos pasajeros se reían al verlo. 

Lo encontré en Youtube. Pongo el link,  creo que vale la pena para todo aerofanático:


Ni recuerdo la comida, pero sí recuerdo mi sorpresa de que nos tirasen  solamente un café y un muffin antes de aterrizar.  También es cierto que llegábamos temprano por la mañana a Francia, es decir,  en el medio de la noche para los estómagos sincronizados con Washington.

Salimos y llegamos a horario, no me perdieron la valija. Nada más para contar.

A la vuelta iba en Premium Economy.  Bastante entusiasmada pensando que la iba a pasar mejor (para mí, “mejor” se mide en morfi y en comodidad), tardé bastante en caer en la cuenta que este vuelo era diurno. Mon Dieu, qué embole, qué largas que se hacen 9 horas de vuelo cuando no es de noche!

La comida estuvo un poquito mejor que la de Economy. De puro Franchuta (amarreta) que soy, pasé por alto las opciones ahora disponibles de comprar con anticipación los menús gourmets.  Un hombre cerca de mí lo había pedido, y fue notable ver cómo le servían exactamente lo mismo que los que teníamos el menú “base”, pero con más adornos. No sé si se dio cuenta. Mi bandeja standard tenía un paté, la de él tenía el mismo paté pero posado sobre una rodaja de pan … y así todo lo demás. Un tanto engañapichangue, el menú gourmet, Señores hijos de la Bastilla (*) !!!

Después de almorzar, quise reclinar el asiento, con la esperanza de una siestita que acortara un poco el viaje y el muy maldito no se quería mover. Llamé a azafata, y gentilmente intentó hacerlo ella. A fuerza de empujones lo deslizó  medio centímetro y ahí se le bloqueó. No podía cambiar de asiento porque la Premium Eco venía completa, y ya sabía que ni loca valía la pena soñar con que algún alma caritativa me pase a Business, porque ésa estaba directamente estallada.

Me leí 100 páginas de un buen libro mientras que el gordo del menú gourmet roncaba como bestia después de haberse tomado cuanta bebida alcohólica logró que le sirvieran (y fueron unos cuaantos tragos, variados y diversos!).

Consideré hacer lo mismo, pero íbamos a llegar tipo 5 de la tarde a Miami. No daba hacer inmigración y después encontrarme con mi hijo, y una  en curda a horas tan tempranas.

Unas horas ya por los aires, de pronto pasó al lado mío una mujer en uniforme. No era azafata, tenía algo diferente: lo primero que noté fue un halo de serenidad y … otra cosa, un no-sé-qué.  Le miré bien cuidadosamente el uniforme, y en las 4 tiras cosidas a la manga de su saco encontré la explicación. Una Madame La Pilote,  que emanaba calma, actitud y autoridad y suavidad al mismo tiempo. Pasó más de un mes pero me quedó grabada su mirada, su sonrisa discreta con la que respondió a mi mirada de boquiabierta admiración.

Del personal de cabina,  todos, ellas y ellos, cortados con la misma tijera, Air France hechos y derechos. Correctos, educados, eficientes y  un poco gélidos a la vez. Como soy mina, no puedo dejar de notar que todas las que tienen pelo largo se hacen el mismo  recogido, el que usaba Audrey Hepburn (a.k.a. “banana”). Flor de punto a favor para el glamour.

Epílogo: hice reclamo a Air France por el asiento que no se inclinaba. Siguiendo los consejos de los foros de TripAdvisor, expuse el problema brevemente, sin quejas, reproches ni adjetivos inútiles.

Tres días después recibí mail con profusas excusas, y aviso que me acreditan 8.000 millas a mi cuenta de Flying Blue, el programa de viajeros frecuentes de Air France-KLM.

MUY agradablemente sorprendida, aunque 8.000 millas no deben alcanzar ni para un Buenos Aires – Montevideo, pero respondieron de inmediato, se disculparon y obsequiaron unas millas. No sé cuántas compañías harían otro tanto, hoy en día?



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(*): "hijos de la Bastilla - leí esta expresión en el blog "Dormir la siesta y viajar"
 http://dormiryviajar.blogspot.com.ar/

viernes, 1 de julio de 2016

Uuuuy, noooo... otra vez invierno NO !!!!








Así luce ahora el árbol que da a mi balcón, lo primero que veo cada mañana al despertarme. Por favor, pobrecito, qué garrón !!!



Y ahora queda esto.... lo que se dice, una lágrima! Se puede estar más triste y más reducido a la mínima expresión?

No me conformo cuando me hablan de la sabiduría de plantar árboles con hojas caducas, lo adecuado de la sombra en verano y que pase el sol en invierno. No me consuelo tampoco pensando que cuatro estaciones son necesarias para ir apreciando el ciclo de no sé qué ... a mí, dame clima cálido todo el año!

No soy plátano, no quiero que mi savia deje de circular. Soy palmera, soy hibiscus, soy bambú.

 (bueh, 'ta bien: te acepto que con talle de palo borracho, si querés!)

No puedo ser oso ni pinguino. Tengo que ser mono, cebra, o colibrí.

La nieve me gusta en fotos. El hielo, en el whisky, nada más.

Me plantaron en el lugar equivocado. Aborrezco el frío, no tolero tener menos horas de luz. Existe el trámite, el formulario de reclamos que permita corregir este error?

Cada invierno me hace revivir fríos pasados, internado, sabañones  y baños con agua fría en la cárcel para chicos. A mí me parecía una cárcel; los que pagaban la abultada cuenta decían que era la mejor forma de obtener una buena educación.

 Mi abuela repetía "Qué tremendo: Julio los enferma y Agosto se los lleva" -  tachando nombres de su agenda, a medida que se le iban hacia Recoleta o Jardín de Paz. Ella misma se adelantó a la temporada alta y se nos fue en un mes de Junio, en un día de semana. Viajera avezada hasta el final.

Hacía un frío de morirse (claro, justamente ...) en su casa mientras que la velábamos. La calefacción central estaba anulada porque el aire caliente ensuciaba las paredes. Es que tenía muchos muebles antiguos y objetos de gran valor. El privilegio de vivir rodeado de piezas de museo iba de la mano con la obligación de cuidar todo a la perfección.

Por eso justamente, me tomé muy en serio el  consejo de la Tía Ercilia y antes que llegara el contingente "paquete"  encanuté prolijamente todo objeto chiquito. Al parecer "las amigas de la difunta podían querer llevarse un recuerdito".

- La Tía Ercilia es la mujer más práctica y sensata de la familia. Si la Tía lo dice ... yo lo hago! -

Mi madre - que le ha tenido pánico al frío toda su vida - se pasó todo ese día repitiendo que estaba congelada, y que se iba a morir si no lograba entrar rápido en calor.  Fue directo desde el cementerio a comprarse un par de tapados de piel.


La ropa térmica, los guisotes, el chocolate o el fuego de una chimenea vienen bien pero a mí por lo menos no me alcanzan. El invierno me sigue pareciendo la no-vida misma.

Dije que soy colibrí ??? Más bien tremenda gansa!

Gansa por todas las veces que me equivoqué. Mucho más gansa aún para entender las lecciones que nos da la naturaleza sabia.

Para los que no tenemos alas ni plumas, se hicieron los pájaros de metal!