domingo, 30 de agosto de 2015

Las cosas no son como son ...

… sino cómo se las vive!

Soy una de esas personas a quien el clima le cambia el ánimo: así como me cuesta mucho sentirme bien y hacer acopio de buen humor cuando llueve o hace frío, así también como el sol y el calor me hacen andar por la vida con cara de feliz cumpleaños.

Nada sorprendente entonces que este fin de semana que es un verdadero anticipo de primavera me encuentra enamorada de la vida y del universo.

Podría haber empezado mal el día porque no me quedaba café,  omisión imperdonable para todo cafeinómano que se respete. Decidí no flagelarme por tan grave omisión y más bien  obsequiarme un desayuno de Domingo en el barcito de la esquina de casa.

Cuando iba por la primera medialuna, se acercó una señora un tanto madura  y antes de sentarse a su mesa me miró y me dijo “perdón por la espalda”. Ante mi cara de sorpresa aclaró “no es nada personal, me voy a sentar dándole la espalda porque desde este lado tengo la mejor vista”.
Claramente, todos podemos ubicarnos a nuestras respectivas mesas como se nos da la gana, pero me pareció tan atento, tan considerado  que tuviera una frase amable, que reconociera la existencia de otro ser humano al lado de ella, que me conmovió.

No pude evitar pensar cómo hubiese sido esta misma escena en la tierra de mis abuelos y me tenté: me imaginaba el estupor de un Frencho pensando “para qué me habla esta mujer, si yo no la conozco”.

Vuelvo a casa; tengo un par de horas antes de volver a salir. Ya lavé todos los platos de ayer e hice un lavarropas. Suficientes tareas domésticas para un Domingo.

Decido venirme a la compu y, por fuerza de costumbre me dirijo a mi dormitorio. Miro la cama, y pienso que tirada ahí, con la compu encima, soy la perfecta imagen de Mujer Sola como un Perro Sin Programa en un Domingo Divino. La idea no me seduce demasiado. Miro hacia afuera y veo que mi azalea estalla de flores, y me percato que asoman los primeros brotes de los plátanos …

Instalé la reposera en el balcón y ahí me llevé la compu para escribir. Con este sencillo gesto, que no me insumió más que desplazarme unos dos metros, ahora he pasado a ser la imagen de Mujer Libre como un Pájaro que Disfruta a pleno de tarde Preciosa en su Balcón.

Como dije: las cosas no son lo que son, sino cómo se las vive!

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