sábado, 11 de febrero de 2017

San Valentín da para todo





Ellas se van a depilar, se harán la planchita,  se harán las manos y belleza de pies.

Ellos van a sacar cuentas, buscado  alguna oferta o una opción ocurrente  que permita evitar que el festejo arrase con el presupuesto del mes.
Ellas van a haber pasado una semana pensando qué ponerse, sin darse  cuenta que ellos no saben nada de lo que es lo último y lo que no va más. Lo único que les importa es que el atuendo dé una idea de por dónde habrán de transitar a la hora de los postres.

Mi primer festejo de San Valentín fue en Estados Unidos. Apenas adolescente, me encontré de pronto un día recibiendo tarjetas y corazones de mis compañeros de colegio. Tanto de varones como chicas, porque a esas alturas, la cosa se trataba solamente de  amistad.

Mi segundo San Valentín como 20 años más tarde, lo pasé en México. Era mi primer viaje sola. Ese viaje en el cual no paré de llorar en el hotel espectacular de Puerto Vallarta, destrozada por El Sujeto  Esquivo que me había hecho la gran Houdini justo antes del verano. Por suerte, en el 14 de Febrero me ligué la sorpresa de mi vida en Cancún. Conocí a dos Yanquis, y ambos estaban más fuertes que televisor de geriátrico!


Asumí que eran gay, y les conté la  razón de mi viaje sola. Sigo sin saber si eran pareja, pero lo seguro es que para mí fueron dos ángeles que me trajeron el mejor de los regalos. Si hay algo que ni remotamente imaginaba, en ese viaje hasta ahí bastante gris, era que iba a terminar el día con ellos dos  en un bar “un poco loco”.

No sé si la locura estaba en el piso cubierto de cáscaras de maní, en la cerveza mejicana o en la música genial, pero esa noche fue brillante. La cereza del pastel fue cuando se me acercó una chica  y me preguntó con cuál de los dos estaba yo. Seguía con la boca abierta sin saber qué contestar cuando uno de ellos dijo  por mí  “los dos estamos con ella”. Y no podíamos para de reír al recordar su cara de asombro, y bailamos, y reímos sin parar.

Y así fue cómo Boludicienta descartada por un Argento fue Princesa y brilló por una noche, escoltada por dos magníficos  Príncipes del Norte, nada menos! ( que quede claro, por la reputación de la que escribe: este cuento es apto para todo público. La historia termina cuando la carroza se detuvo en la puerta de mi hotel).

Y así fue como aprendí a largarme a viajar sola, y cómo me convencí también que los milagros existen, es sólo cuestión de creer y salir a buscar.

Fueron las únicas dos veces que realmente siento que festejé San Valentín  el 14 de Febrero. Para mí, San Valentín, es cada vez que me atrevo a decirle “sabés que te quiero?” a alguien que realmente  importa, cada vez que puedo mirar fijo a los ojos en un momento especial, en los dedos entrelazados y también en las sonrisas de unas personitas que tienen las pestañas más largas que jamás ví.



(*) "traiga a comer a su Novia, Esposa o Amante - pero si las trae a las tres juntas, su consumición es gratis" - Nada más? Yo agregaría aplausos de pie y componerle un himno ....


Estaba viendo por internet opciones de festejos para este año, y en un grupo de gourmets el dueño de un restaurant comenta asombrado que su primera reserva para el menú Especial de los Enamorados fue para un grupo de 3. 
Infaltable, el primer comentario fue “che, serán Franceses?”.

Por qué siempre la ligan los Franceses?
Por qué, si los Franchutes son solamente personas, iguales a todos los demás ??? Qué tienen de diferente? Que las amantes de los Reyes eran personajes importantes? Que un  Presidente  reunió a mujer, amante e hija extramatrimonial en su funeral? Que el actual  Presidente siempre soltero vá por la tercer mina oficial?
La respuesta es SÍ a todo. Y .... ??? Cuál hay ..... ??? 

Será que una tiene sus genes Franchutes, pero para mí, el amor en todas sus formas siempre es bienvenido. Por eso mismo justamente de que "nadie debe vivir sin amor" es que todo lo que hace bien y  suma .... (salvo lo que lastima, eso no!) ....  es bien recibido las 24 horas, los 365 días del año!




Mientras tanto, en Buenos Aires, con una  economía  alicaída, dueños de telos, vendedores de flores, chocolates, pastillitas azules y preservativos están de parabienes: por fin llegó la temporada alta!


Señoras, Señores,  Señoritas, a prepararse que  se viene San Valentín!

"dum licet fruere…
brevis aetas,
vita fugax,
vivere memento…”.

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