Había arrancado el día tempranísimo; una de las consecuencias de estar conectada y pendiente de noticias de
Frencholandia, que vive 5 horas más adelante que nosotros.
Después del primer intento con la
agente de viajes Argentina, después del arranque accidentado con Madame
Voyages, (*) toda buena noticia
(léase: toda confirmación de una reserva sin sobreprecios de último momento) es
más bienvenida que la lluvia en el desierto.
Realmente, Madame se portó. Me consiguió
todo lo que le pedí y más también por un 30% menos que lo que me había cotizado
la primer agencia de viajes, la de acá.
Todo venía de lujo hasta cuando me
mandó el detalle de la factura final el día anterior. Ahí, de pura casualidad y
leyendo con cuidado, me encontré con que
los vuelos hacia el safari iban de Johanesburgo a un aeropuerto que no me
sonaba (Nelspruit).
Yo había hecho mis deberes con
TripAdvisor y con Google y sabía que tenía que aterrizar en Hoedspruit. Me temí un error debido a
los nombres parecidos … me imaginaba llegando a un aeropuerto (no mucho más que
una choza, según las fotos) y nadie esperándome, y yo en el medio de Africa …
Ni consideré la idea de escribir un
mail. Con la serenidad y el aplomo que me caracterizan cuando surge un
imprevisto, agarré el teléfono y la llamé:
“porDiosfijésequéeseseaeropuertodondememandan … voyaAfrica …yvoyaestarsola!!”
.- todo esto en perfecto Francés, claro está –
“porDiosfijésequéeseseaeropuertodondememandan … voyaAfrica …yvoyaestarsola!!”
.- todo esto en perfecto Francés, claro está –
Quedé a la espera de confirmación o
rectificación de su parte, mientras me duraba la sensación de frío helado que
recorre la espalda, imaginando llegar a un aeropuerto a 150 kms de donde me
estarían esperando.
A ver: divinos los aeropuertos choza
style que he visto que hay por esas zonas, me encanta llegar en un avión que
parece no llevar más de 30 pasajeros, pero … no es el tipo de lugar donde
quisiera quedarme varada, se entiende?
Mientras tanto, en Buenos Aires eran
5 horas más temprano, y me tenía que aprontar para la infaltable tarea
cotidiana, que empieza con el clásico “qué carajos comemos hoy?”. Bueno, si hay
algo que tenía a favor, es que era 29. Lo genial de los 29, es que son días de ñoquis
y no hay nada que pensar.
Partí hacia el super en modo Doña
Rosa, changuito en mano a comprar las 3 pavadas que me faltaban. No hay
organización ni listas que me salven. Todos los días, falta algo en esta casa!
(y la culpa es de ….???).
Ahora, en el siglo
XXI, los ñoquis los puedo comprar hechos y para no ser tremendamente vaga, para
ponerles algo hecho por mí, y poder seguir ilusionándome con que mi comida es
casera, siempre le dedico un poco de tiempo y amor a la salsa que acompañe.
En medio de este
mediodía tan Argento, salteando cebollas como primer paso para la bolognesa por
venir, con puerta de cocina abierta para no juntar demasiado olor (los vecinos?
que se embromen!) me iba a cada rato a la compu a chequear si había recibido
respuesta de Francia.
El problema con el
multitasking entre la compu y la cocina, es que en general gana la compu, y los
resultados malogrados y demorados son los que después me tengo que comer. Literalmente.
Para cuando llegué
a poner la carne picada y los condimentos en la sartén, ya había ido y vuelto
una docena de veces a la compu, y seguía sin respuesta de Madame, que me había
asegurado que me iba a contestar de inmediato.
Mientras que acuchillaba los tomates, recordaba los inicios de la planificación de este viaje, e
iba masticando bronca por haber tenido que hacer casi todo dos veces: una vez
versión local en Castellano, y ahora a distancia y en Francés.
Antes de poner el
agua para los ñoquis volví por enésima vez a la compu, y … sí, al fin! respuesta
de la Franchuta. Era un mail reenviado del operador de Sudáfrica:
“Estimada
Señora: lamentamos profundamente que nuestra falta de clarificación sobre el
tema haya causado inquietud y desazón a su pasajera. La Señora tiene
razón y existe un aeropuerto más cercano a la reserva. Por desgracia, no hemos podido
confirmar vuelos hacia allí, y en cambio volará hacia el otro aeropuerto, donde
un transfer la estará esperando. Son, efectivamente, dos horas de viaje, pero
la ruta es asfaltada, con agradables paisajes y totalmente segura”.
Mamita … qué
respuesta, cuánto detalle y formalidad!. Por mí, podían ser dos horas en camino
de tierra y lleno de pozos. Con que sepan dónde llego y me vayan a buscar, me
doy por más que satisfecha!.
Los ñoquis salieron
bastante bien. Me olvidé de poner plata bajo el plato. Por este mes, San
Pantaleón ya se recontra portó, ayudando con este viaje!
Diferencias de
horarios.
Diferencias de
idiomas.
Por sobre todo,
diferencias en la forma de hacer las cosas.
Y una, entre dos países,
dos nacionalidades, dos culturas. Saltando de un modo al otro sin parar.
Servirá como prevención contra el Alzheimer?
De todos los
músculos que he ejercitado en mi vida, el músculo que más
desarrollé es el de la adaptación.
En cambio, los abdominales: muy bien gracias, je ne comprends pas ....
(*) relatado en post anterior: http://laveritedelamilanesa.blogspot.com.ar/2016/09/preparativos-de-viaje.html
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